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Farolas

     Hace dos días, unos eficientes (o tal vez solo eficaces) empleados (o tal vez subcontratados) del ayuntamiento han procedido a retirar todas las farolas de la acera de los impares de detrás de mi casa (y en la calle de delante también). Con mimo exquisito, han cubierto de baldosas la cicatriz que dejaban en la acera los postes metálicos, de  modo que nadie diría que un día hubo en esta calle dos veces más  luz que ahora.
     Conjeturo, porque nadie se ha tomado la molestia de explicarlo,  que la operación de tala obedece a los imperativos del día. O sea, otro recorte más. Y a sabiendas de que lo de antes era derroche de luz sin paliativos, no puedo dejar de pensar que es un anuncio de lo que nos espera: tiempos oscuros, o desde luego menos luminosos que los de antaño.
      Aunque lo que de verdad me intriga es quién decidió que lo que procedía era dejar sin luz una de las dos aceras, en vez de un desmoche algo más equitativo.
      Pero no me atrevo a sacar conclusiones.

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Competitividad


-- Ey, chaval, tú madre y yo no competimos...    
-- ¿Qué dices? Cuando los padres están divorciados todo es una competición.

Y luego dicen que en la E.S.O. no se aprende nada útil.

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Carlos Fuentes

    
Hace un tiempo (¡uf, más de cinco años hace!) dediqué una serie de entradas, agrupadas bajo la etiqueta de recortes, a una serie de extractos sacados de un libro de Carlos Fuentes que me había deslumbrado por razones algo extrañas: Diana o la cazadora solitaria. Había leído otras cosas de él (Artemio Cruz), y más adelante aún leí  más (La silla del águila, entre ellas), pero nunca volví a encontrarme con una mezcla tan fascinante de introspecciones y reflexiones sobre los temas más variopintos. Sí, en cambio, con un escritor prodigioso, de los que escriben brillante de puro limpio, y un narrador potente como suelen serlo los que nos llegan de América Latina. Ojo, digo los que nos llegan, no todos los de allá.
  Ahora se ha muerto, Carlos Fuentes, y siento que le debía unas palabras de recuerdo.
     Sea tibi terra levis.

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